5 de febrero de 2015

Sin Poesía...

+ Disculpe, ¿está desocupado ese asiento?
- Si, claro
+ Me llamo, Nathan, estamos aquí por lo mismo, ¿cierto?
- Así es, llevo tiempo viniendo y nunca te había visto, ¿eres nuevo? ¡oh! que mal educada soy, mi nombre es Daniela.
+ Lindo nombre, siempre he venido, pero solía sentarme en el último asiento de allá atrás, para pasar desapercibido.
- ¡oh! entiendo, y porque hoy decidiste cambiar tu rutina
+ Por que te vi, vi cuando entrabas, y espere a que el señor que estaba a tú lado se levantara, para sentarme a tú lado y tener está conversación, porque mientras esperabas pacientemente leyendo ese libro, descubrí que no quería pasar desapercibido en tú vida, no quería ser un paciente más que coincide contigo en está clínica, por que quiero que tú seas mi rutina, aunque quizá me muera mañana, quiero tener mi conciencia tranquila, porque conocí al amor de mi vida y se lo dije.
- Nathan...
¡SRITA DANIELA! siga porfavor
+ Adiós amor mio, espero encontrarnos en otra vida, sin cáncer y con más tiempo para disfrutarnos, para conocernos, para conquistarnos, no te olvides de estos ojos que hoy te miran, ni de estás manos que te acarician, guárdalos muy bien en tú alma, para que puedas reconocerme, mañana o cuando el destino quiera volver a juntarnos.


— Sin Poesia, Kevin Daza


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario